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GLADUN Y PANASIUK: DOS POETAS NECESARIOS

Lesyk Panasuk

Desde Melqart Editorial queremos agradecer de corazón la colaboración de los poetas ucranianos Daryna Gladun y Lesyk Panasiuk en nuestro volumen 0 Colección Bes de Poesía, ‘Zona Zero. Danaemas. Del lodo a la luz‘. Estamos ante dos de las voces más potentes y brillantes de la poesía contemporánea. Una poética necesaria que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos.

Estoy seguro de que las palabras de Elie Wiesel (1928-2016) están aflorando hoy más que nunca, a pesar de que hace apenas ocho décadas la humanidad “acordó” que jamás volvería a suceder: “se hizo evidente que sería necesario inventar un nuevo lenguaje”. En su artículo sobre la obra poética de Lesyk Panasiuk, Ilya Kaminsky nos recuerda que el olvido es inaceptable y añade una pregunta que siempre nos llega al corazón: ¿cómo puede la poesía expresar algo así? Tal vez debamos acudir a lo necesario, a lo vital, al otro lado. Tal vez necesitamos inventar un nuevo lenguaje.

De esta forma la poesía de Dayna Gladun y de Lesyk Panasiuk despiertan en el océano de ese corazón de un lenguaje que resurge como cuerpo vulnerado. Pero bajo la proliferación del incremento del uso del prefijo de privación, a decir de Victor Klemperer, respiramos la elegancia y el poder de una poesía brillante. Así, un poema como “Julio” de Lesyk Panasiuk es un texto-cuerpo necesario, sí, una afirmación desde el cuerpo que sufre, una pequeña obra maestra: “Hoy, de repente, mi corazón se ha escondido / y se me han dormido los dedos// He bregado con la niebla / sin sentir nada// Sin sentir / la quilla del bote con el que juega la ola / ni la verde rama del abeto.” En este contexto, no puedo dejar de invocar a nuestro gran Manuel Millares. Una obra inmensa, la suya, que nosrecuerda que la oscuridad contra la oscuridad estalla en blancos y grises y todas sus transiciones. Debajo de esa oscuridad late un lenguaje otro.

La poesía necesaria de Daryna Gladun y Lesyk Panasiuk convocan las palabras entrañables de Manuel Millares: “el arte no puede ser el cómodo asiento de lo inteligible, sino el camastropavoroso de los pinchos donde nos acostamos para echarle un saludo temporal a la guardadora muerte.” El terreno pantanoso de la historia nos ha mostrado, y nos sigue mostrando, de forma cruel el proceso de vulneración, usurpación, degradación, despojo, secuestro, humillación, en definitiva, toda una semántica de la guerra. Entonces la poesía rescata lo necesario desde algún lugar impregnado de vacío:“Una palabra ucraniana / cayó en un aemboscada: através de la ventana rota / de la letra д otros países ven cómo la letra i / pierde la cabeza // Cómo el techo de la letra M / se derrumba” (Lesyk Panasiuk).

Es la búsqueda desde el resurgir poético a decir de La Vida Nueva o la magistral poética de otro poeta necesario como Raúl Zurita. Si nuestro lenguaje no posee las palabras para expresar esa ofensa, la demolición de un hombre, en palabras de Primo Levy, entonces hay que reinventar el lenguaje desde el ser debajo, desde el otro lado. Este es el caso extraordinario de la poética de Daryna Gladun, quien al hablar de la guerra miserable expresa que “ahora somos más viejos que nuestros cuerpos”. En su poesía el vacío se hace tangible, rescatando la elocuencia del slencio desde una fortaleza inmensa aquí y ahora:“mujeres y niños sacaban de lo sedificios lo más preciado  / la sal en sus ojos /  la sangre en sus cuerpos / las palabras en sus cabezas / y escasamente repartían.

 

Por Gabriel Torres Chalk

Director de la Colección Bes de Poesía

 

MELQART EDITORIAL

 

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